En alguna ocasión platicando con una compañera de trabajo me
contaba por qué se divorció, me decía que el exmarido de repente se iba con los
amigos por varios días y ni para el gasto le dejaba, hasta que ella se cansó.
Viéndolo bien, cosas como esa son más comunes de lo que yo
pensaba. Hay hombres que dan todo por los amigos, son los mejores camaradas; si
alguien los acaba de conocer los amigos dan las mejores referencias, hacen los
mejores comentarios de él. Pero por otro lado son todo lo contrario.
En otra ocasión escuché sin quererlo cómo en una reunión en una
mesa cercana de un bar, una mujer se paraba y se iba del lugar dejando a su
pareja con los acompañantes. Los amigos le decían que la dejara, que eso
necesitaba, que no le hablara, que ahí al día siguiente ella lo buscaría y
cosas por el estilo. Y el hombre terminó haciendo caso, al menos por el
momento, porque después coincidimos en el sanitario y vi cómo trataba de hablar
por teléfono, supongo que a la chica que se había ido porque echó unas cuantas
mentadas porque no le contestaron, pero eso sí, salió al bar sonriente a seguirla
con los amigos.
A opinión de los que dan tan soberanos consejos, es porque quieren
a su amigo, se preocupan por él. Pero, me pregunto, ¿no alcanzan a distinguir
lo que es pensar en el bien de su amigo y meterse en una relación? Y más, quien
recibe tan “cariñosos” consejos ¿no alcanza a distinguir la diferencia entre
los amigos entrometidos, tal vez con buenas intenciones, pero entrometidos al
fin y su relación de pareja?
¿Por qué complicarse la vida y pensar que tienen que escoger
amistades o relación si no hay necesidad de ello y perfectamente se le pude dar
su lugar a los amigos y a la relación?
No es raro que cuando las cosas son al revés aquel o aquellos
que recomendaban no contactar a la persona, no hacen lo que aconsejaban a ese
amigo por el que tanto se decían preocuparse, ellos si lo hacen o son capaces
de dejar la reunión porque deben ir con su pareja olvidándose por el momento de
sus amigos.
Mal el que dice, entrometiéndose en algo que es de dos y
peor el que obedece y no tiene los pantalones para poner un límite a las cosas.
Amigos, sí, pero hasta aquí porque estoy con mi pareja.
Lamentablemente las cosas suceden en ambos lados, también
del lado de las mujeres pueden sentirse erróneamente en la situación de
tener que escoger o amistades o relación. No es de extrañar que el consenso sea
que es lo mejor para ella, al final puede darse el caso que se mide distinto,
pero en el fondo es exactamente lo mismo, entrar en algo que solamente es de
dos y permitir que existan invitados en ese algo y no alcanzar a entender cómo
hacer para conjugar ambas cosas siendo que las dos son necesarias, pero no
tiene que escogerse una y rechazar la otra.
Pero como algunas otras cosas, se mide distinto equivocadamente
dependiendo de quién sea el que lo haga, aunque los resultados sean exactamente los mismos.
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