Puedo decir que de todo el tiempo que fui a la escuela, no
solamente aprendí matemática, gramática, historia, etc. Podría decir que
principalmente en la facultad, en mis tiempos de estudihambre, aprendí mucho
más que lo técnico. Aquellos calendarios que nos daban desde el inicio del
semestre en los que con color distinto se resaltaban las fechas de exámenes,
eran casi fatídicas, casi hacíamos lo posible por ignorarlas, como si de esa
forma retrasáramos su llegada.
Las cosas suenan bastante sencillas; cada día se le da un
repaso a lo visto en clase, se hacen algunos ejercicios y así sucesivamente, al
llegarse los exámenes no deberíamos tener problemas. Pero claro, lo acostumbrado
era que ya con los exámenes encima nos poníamos a tratar de entender todo lo
visto en lo que iba del curso y si eran finales, lo de todo el semestre. Los
peores querían entenderlo un día antes. No hay que ser un genio para saber qué
posibilidades tenían de pasar los que agarraban el libro un día antes del examen,
muy pocas.
Sin querer me he ido dando cuenta que eso del día a día,
tomando su tiempo, sin prisas, tiene otras aplicaciones que poco o nada tienen
que ver con los estudios.
Todos tenemos problemas, en eso todos somos iguales, pero muchas
veces sabemos las posibles soluciones que podemos aplicar para salir adelante,
tomando nuestro tiempo, día a día, sin prisas, tranquilamente. Pero en lugar de
eso dejamos pasar el tiempo y se van acumulando días, semanas, meses, años sin
hacer nada, viviendo con los problemas, como si no quisiéramos dejarlos ir,
como si les hubiéramos tomado tanto cariño a las dificultades que ya fueran
parte nuestra. Tal vez como si nos hubiéramos ya acostumbrado a vivir con eso o
lo que es peor, como si tuviéramos miedo a lo que pudiéramos encontrar sin aquello
que nos incomoda.
Suena tonto, pero es cierto. Cualquiera pensaría que es cosa
nada más de quitarse lo malo, hacer algo y ya, pero es más común de lo que se
piensa que se le den largas a hacer algo distinto, se piensa que el día que se
necesite entonces se hará algo. Es ahí cuando me hace recordar el calendario
escolar de la facultad, ¿por qué esperar hasta que ya no quede de otra para
cambiar o buscar ayuda o hacer las cosas distinto? Las cosas necesitan su
tiempo, habrá que hacer cambios en el camino, cambios que si se está contra el
tiempo el margen de error es casi nulo.
No se puede obligar a nadie a hacer las cosas que
consideramos correctas, lo correcto solamente lo podemos hacer nosotros mismos,
cada uno somos responsables de lo bien hecho así como de los errores que lleguemos
a cometer, podrá ser frustrante ver como alguien le da largas a tomar una
decisión y quitarse por fin eso que esa misma persona acepta que está mal, pero
será su decisión el día que lo haga, si lo llega a hacer, pero como me decían
mis maestros de la facultad, para que esperar a que el tiempo nos alcance,
siendo tan fácil ir haciéndolo poco a poco, después de todo no tenemos el
tiempo asegurado.
Lástima que en los problemas que llegamos a enfrentarnos día a día y que
podemos llegar a necesitar quitarnos de encima, no existan formularios o
podamos sacar un acordeón.
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