jueves, 20 de noviembre de 2014

Tal vez

En más de una ocasión he sabido de personas que dentro de su relación de pareja, tienen un comportamiento que cualquiera se preguntaría “¿por qué sigue ahí?”.

Lo más normal sería que aquel que tiene un comportamiento malo en la relación en un momento dado tome la decisión de hacer algo para dejar de hacer eso que daña la relación.

Si las cosas sucedieran de la manera ideal, el que por fin tomó la decisión de arreglar las cosas y corregir su conducta, con el paso del tiempo cambia y la relación continua feliz sin problemas.

Un hombre es alcohólico, al menos cada semana se emborracha, al llegar a su casa su esposa le reclama, se insultan, pelean, se atacan… y así cada semana por lo menos. Después, cada semana al menos, hablan de los problemas que tienen, que él tiene que cambiar, que no se puede seguir así. Un día él toma la decisión y con el tiempo supera su problema. Todo diría que vivieron felices el resto de su vida.

Irónicamente, no sería poco probable que las peleas se volvieran a dar, tal vez igual que antes, al menos una vez por semana, o más. Pero, ¿por qué? ¿No se supone que, dejando de lado que problemas siempre los habrá, las cosas deberían conducirse de manera distinta, al menos más pacíficamente si es que el problema principal ya no está presente? También es irónico que al pasar el tiempo la pareja se termine separando.

Cualquiera diría que estaban mejor antes. Pero, tal vez había algo más de fondo, algo de lo que ninguno de los dos se daba cuenta.

Viendo cómo funcionaban las cosas, es difícil pensar que alguien ganaba algo cuando discutían cada semana, al menos, porque él llegaba borracho. ¿Es posible que alguno ganara algo con esa conducta? ¿No es ella la víctima de todo esto? ¿Entonces por qué ahora terminaron definitivamente?

Tal vez, sólo tal vez, ella sí ganaba algo sin darse cuenta e inconscientemente ahora que no lo recibe lo reclama.

Tal vez, sólo tal vez, luego de llegar borracho, discutir, insultarse, atacarse; al día siguiente él le ofrecía disculpas, la trataba amablemente, más de lo normal, le llevaba flores y en ocasiones algún regalo como forma de arrepentimiento.

Tal vez, sólo tal vez, ahora que no recibe esas atenciones tiene esa necesidad y su reacción es reclamar por la más mínima razón.

Tal vez antes, inconscientemente ella relacionaba la conducta de él con fuerza, presencia, hombría, tal vez inconscientemente ella se enamoró de él también por esa forma de ser, tal vez era parte del paquete completo.

No hay que ser un genio para darse cuenta que la relación, como estaba no era sana, pero entonces ¿por qué ella se sentía infeliz si ya no era como era él antes? ¿Le gusta la mala vida? ¿Habría sido mejor no haber hecho nada y así de esa manera seguirían juntos, con los problemas de siempre, pero juntos? ¿Para qué arreglar las cosas si eso va a traer otros problemas? ¿Estaban mejor como estaban? ¿Es mejor cerrar los ojos a los problemas y dejar que las cosas sigan su curso, a final de cuentas a todo se acostumbra uno?

Tal vez, sólo tal vez solamente se hizo la mitad del trabajo, tal vez la relación estaba tan lastimada que sí, hacía falta un cambio, pero no solamente de uno sino en cierto grado de ambos, uno por ser el ejecutor de algo que sucedía cada semana, al menos, y otro por ser víctima de eso mismo.

En todo hay dos partes, el que hace y el que permite y no por hacer es el único que debe cambiar, es labor de dos superar lo dañado de la relación, es un camino largo, pero de dos.

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