Hoy me desperté muy temprano, antes del amanecer, a pesar de
lo cansado que me sentía luego de un largo día. Es extraño, cuando me desvelo o
luego de un largo día y que bien podría decir que se me dificultaría levantarme
temprano, no es raro que más temprano despierto.
Ha pasado ya casi un mes, tiempo en el que he tenido oportunidad
de pensar las cosas y también de darme cuenta de que de niño las cosas eran más
fáciles. Quisiera ser niño, pero no porque entonces no tenía que estar al
pendiente de las cuentas por pagar, la tarjeta, el trabajo, el tráfico, que
comer, en mi caso también por ser soltero y vivir solo, tener ropa limpia y un
montón de etcéteras, no, entonces, como me lo decían mis padres, mi único
trabajo o responsabilidad era ir al escuela y tener buenas calificaciones; y me
parecía mucho.
Otra razón por la que quisiera ser niño es porque entonces
era más fácil olvidar. A los seis, siete, diez años, podría estar muy
encariñado con algo o con alguien y al ocurrir la separación había tristeza,
pero al paso del tiempo cada vez se preguntaba menos por aquella persona que se
fue; en cambio de adulto, los recuerdos vienen una y otra vez, a veces uno por uno,
otras veces es como si se agolparan en la mente todos de una vez, y ni que
hablar de tiempo que toma ir dejando atrás, pasan y pasan los días y siguen ahí
los recuerdos.
Lo más sencillo o tal vez autocomplaciente es quitarme toda
responsabilidad, engañarme a mí mismo, convenciéndome que todo se hizo bien, que
no hay culpa o error que se haya cometido, pero como todo engaño tarde o
temprano caería y con todo y eso seguir convenciéndome al venir esos
pensamientos que no, como cerrándome a aceptar que parte de lo que sucede es
debido a las propias acciones.
Alguien muy importante para mí me dijo hace unos días que
estaba en una etapa de transición por todo lo que estaba sucediendo en lo
personal. Es cierto, había cosas a las que me había acostumbrado, a las que me
había acomodado y que era y es necesario cambiar, que si me tardé o dejé pasar
mucho tiempo o no me daba o no quería darme cuenta que era tiempo de cambiar,
es posible, pero también hay otras que no quería que cambiaran, no por el
simple hecho de estar cómodo, sino porque estoy seguro que había mucha historia
aun por escribirse.
¿Que cometí errores? Eso está claro, pero también está claro
que ya no quería cometerlos, no me disculpé con la más fácil de “¿y quién no comete errores?” como si fuera
una justificación o una especie de “aguántenme,
soy humano” como si no fuera humano lo primero que se es. Dejé pasar
demasiado tiempo, como si lo tuviéramos seguro y el tiempo se vino encima. Las
cosas toman su tiempo, hasta lo mal hecho lleva su tiempo y corregirlo no se da
de un día para otro, los errores de tres, seis o nueve años no se solucionan en
una semana, necesitan un proceso, no necesariamente otros tres, seis o nueve
años, pero sí el tiempo necesario para perdonar y superar y por qué no, para
descubrir las enseñanzas de lo vivido.
Cada uno tenemos que encontrar nuestra propia forma de
vivir, la correcta no para los demás, la correcta para nosotros mismos. De
todas las posibles, hay al menos una que nunca he tomado como una opción para
mí, el estar ahora aquí y con alguien y el día de mañana, “no te preocupes puedes
cambiar”. Simplemente no me veo así, por eso mismo al tener la oportunidad de
tomar una decisión y comenzar una nueva etapa y por mucho que lo deseara, me
venía a la mente que había cosas que se habían ido acumulando durante mucho
tiempo y no quería que al pasar un año o dos, terminar diciéndome a mí mismo que
esa decisión había sido la peor que había tomado, no, no sería justo para
nadie, es mucho lo que siento como para llegar a pensar eso de alguien o para
provocar que ese alguien llegara a sentirse así.
Tal vez sea ingenuo, anticuado o iluso, habrá quien pueda
opinar eso o alguna otra lindeza, pero como antes dije, es mi manera de pensar
y quien sabe, a lo mejor es que parte de ese niño que me gustaría ser, vive en
mí todavía, lástima que esa parte de niño no se haya venido a vivir aquí junto
con la capacidad de olvidar más rápido.
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